Entender la organización como un todo con diversas interacciones tanto internas como con su entorno es fundamental para la creación de una cultura de innovación cooperativa.
La analogía con el sistema del cuerpo humano adaptativo a las condiciones del entorno me parece la perfecta forma de describir un sistema que finalmente es lo que es una organización, un “organismo vivo” cambiante, que tiene una curva de vida donde intervienen diferentes agentes transformadores.
Es así, como la innovación se convierte en la única opción de sostenibilidad de una organización. La capacidad de adaptarse al cambio y visionar nuevas realidades que le permitan subsistir en mercados competidos.
La Innovación debe ser transversal a la organización y debe ser parte de la estrategia.
De ahí la importancia de definir y entender el modelo de negocios de la organización, que puede cambiar una vez definida la propuesta de valor para cada uno de los segmentos de cliente identificados.
Establecer entornos de innovación hacia el interior de la organización donde se incentive la creatividad, el pensamiento crítico y analítico es fundamental para ponerse en los zapatos del cliente y entender sus necesidades, sus emociones, sus sentimientos, de manera que podamos conectar con propuestas de valor que generen una experiencia diferente.
En mi caso personal de negocios, este ha sido un gran reto. A pesar de generar los espacios enfocados a la innovación, la resistencia al cambio ha sido una gran dificultad para poder establecer una cultura real de innovación.
Contamos con un proceso y con personal capacitado, sin embargo, caemos darle prioridad a lo urgente sobre lo importante y más aún cuando los proyectos de innovación generan caos e incertidumbre y los resultados no son tangibles en la inmediatez.
Hemos utilizado la estrategia del océano azul en años pasados, lo que nos ha permitido posicionarnos en mercados inexplorados por la competencia y generar una ventaja competitiva. Sin embargo, el mercado cambiante nos obliga a rediseñarnos constantemente ya que es inevitable que en algún momento, el que era un océano azul se convierta en océano rojo y la búsqueda de nuevas mareas es lo que nos permite seguir navegando y encontrar nuevos océanos azules.